El proyecto de arte “GAZA, el derecho de vivir en paz”, convoca a los artistas del mundo a denunciar la invasión y el genocidio en la Franja de Gaza, difundido ampliamente a través de las agencias de noticias, medios de comunicación y redes sociales. El horror de las imágenes ha movilizado a la comunidad internacional, demandando el término de la masacre y la destrucción. La ONU, así como organizaciones humanitarias han pedido el alto al fuego y el acceso sin restricciones de la ayuda humanitaria a la población civil de Gaza.
La aprobación por parte del parlamento israelí, por amplísima mayoría, de prohibir las actividades de la agencia de las Naciones Unidas “UNRWA”, no sólo en Gaza, sino también en Cisjordania y Jerusalén, más el apoyo de Estados Unidos, Alemania, Reino Unido y otros países a Israel, crean las condiciones para la consumación del genocidio.
La ofensiva israelí ha tenido consecuencias devastadoras para la población palestina: las constantes órdenes de desplazamientos masivos y el intenso bombardeo ha resultado en más de 47.000 muertes y 112 000 heridos, de las cuales un tercio corresponde a niños. Los artistas, al igual que sus compatriotas han sufrido el impacto devastador de la muerte, persecución y destrucción durante la ocupación israelí en esta última ofensiva. Sus obras, testimonios de identidad y resistencia, han ido desaparecido entre los escombros de sus hogares y talleres. En precarios refugios y en constante marcha mantienen la determinación de recuperar su identidad humana y artística para poder continuar su obra. Varios artistas palestinos de Gaza participan en este proyecto con imágenes de sus obras, ya destruidas, o con bosquejos realizados con soportes y herramientas improvisadas en la prisa de los desplazamientos y bajo el intenso bombardeo israelí.
El reciente alto al fuego ha brindado un respiro temporal a la población de Gaza, permitiendo a muchas familias regresar a lo que queda de sus hogares. Sin embargo, esto no marca el fin de la agresión israelí ni de las tensiones en la región. Las declaraciones de Trump, instando a Egipto y Jordania a acoger a los habitantes de Gaza para "despejar" la zona, reflejan una narrativa inquietante que se alinea con los ideales de limpieza étnica promovidos por sectores que buscan consolidar la exclusividad israelí sobre tierras históricamente palestinas.
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